Una de las principales causas de disfuncionalidad en todo el mundo es el dolor de espalda, siendo unos de los problemas sanitarios con mayor coste económico. De aquellos que sufren dolor lumbar, hasta dos tercios de la población afectada informan de persistencia en el dolor hasta un año después, provocando una gran pérdida en la calidad de vida. El impacto generado socioeconómico tanto en el individuo como en la sociedad es de gran importancia.
Uno de los factores limitantes en el proceso de recuperación del dolor de espalda es la catastrofización del dolor, las creencias miedo-evitación y la autoeficacia. Actualmente las intervenciones basadas en los tejidos no están demostrando ser eficaces para reducir su incidencia. Por ello, se debería pensar en una perspectiva mucho más amplia de las posibles causas y sus tratamientos, teniendo en cuenta como influye en el entorno de la persona en su sensibilización al dolor.
Una línea de investigación es como la salud sistémica y el estilo de vida pueden contribuir en la reducción del dolor junto con los efectos negativos producidos por este en el día a día de las personas. Esta teoría gira en torno al paradigma actual de que el dolor de espalda es un problema biopsicosocial que abarca una amplia gama de factores influyentes.
Aquí surge la Terapia Cognitivo-Funcional (CFT), la cual consiste en dar un sentido al dolor, exponerse al movimiento de manera gradual junto con pequeños cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, se sabe que persona que adoptan comportamientos en su día a día y factores emocionales positivos tiene un mayor número de probabilidades de ser resilientes, siendo esta la capacidad de mantener niveles altos de funcionalidad a pesar de sufrir dolor lumbar. Cambios diarios como dejar de fumar, descansar 8h diarias, hacer 20 minutos de Actividad Física al día y reducir el consumo de alcohol mejoran la calidad de vida diaria de la persona con dolor.
Otro aspecto fundamental es la autogestión del dolor. Como entrenadores debemos dejar de centrarnos solo en el tratamiento mecanicista. Tener la capacidad de enseñar a los usuarios las habilidades para mejorar la autogestión de su salud es un aspecto fundamental para alcanzar el éxito dentro de cualquier programa de readaptación. Esta autogestión incluye aspectos como el dolor, la nutrición, la calidad del descanso, la intensidad y volumen en la práctica de AF, las relaciones sociales y la búsqueda de emociones positivas.
Para ello contamos con varias herramientas que son de gran ayuda para alcanzar los objetivos y una mejora en la calidad de vida de las personas:
Planificación:
Plantear objetivos específicos y alcanzables.
Toma de decisiones compartida con una compresión clara de las opciones de tratamiento, evidencia y coste/beneficio de cada elección.
Identificar la etapa de preparación para el cambio y trabajar en el nivel actual.
Entrega:
Dar sentido a los síntomas a través de la educación y la evidencia.
Enseñar habilidades para la resolución y gestión de problemas.
Preparar el usuario para el éxito con los programas de tratamiento y del hogar.
Continuar aportando herramientas de autogestión.
Evaluación:
Objetivos funcionales específicos del paciente y revisión constante de estos.
Evaluar la comprensión de los pacientes sobre su dolor de espalda.
Apoyo constante a los pacientes en la gestión del dolor, evaluando sus planes diarios, ayudando a ajustarlos según sea necesario para aumentar el éxito.
El dolor lumbar es un problema común que puede tener un efecto severo en la vida de quienes lo padecen. La educación, comunicación y compresión debe ser una parte fundamental dentro de cada programa de readaptación, haciendo al cliente partícipe del programa, ayudándolo a entender el porqué del dolor, cuáles son sus causas y como hacer frente a él en su día a día.
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